Aprovechando mi participación en la 16ª Conferencia Passivhaus (celebrada del 22 al 25 de octubre en Madrid), he tenido la oportunidad de conversar con varias personas que viven o trabajan en edificios certificados Passivhaus y me pudieron contar sus vivencias e impresiones. Estas opiniones me resultan especialmente útiles, ya que estoy en proceso de buscar terrenos para construir mi propia Passivhaus. Además, hablé con otros expertos en el estándar, quienes me ofrecieron una visión completa sobre los beneficios, los desafíos y algunos errores comunes que surgen en estos proyectos.
Lo que expresaron todos y cada uno de los que expusieron su caso es que, si cambian de casa, no volverían a una vivienda convencional, buscarían otra Passivhaus. Es la primera sensación que expresaban todos y me parece muy relevante tenerla en cuenta.
Experiencia de los pequeños de la casa
La Conferencia Passivhaus empezó con una ponencia donde se exponía un punto diferente: el de los niños y adolescentes que viven en una Passivhaus y los principales cambios que notan con respecto a su vivienda convencional anterior.
En una encuesta que realizaron a diversos niños de diversas localidades de varias provincias, se pudo analizar los datos y se pudieron extraer varias conclusiones.
Lo que más les gusta es el confort térmico y acústico. Los niños mencionan que, en las olas de calor o frío extremo, sus casas mantienen una temperatura agradable y no necesitan preocuparse por el ruido de tormentas o la contaminación acústica de la calle. Les llama mucho la atención el total aislamiento con los ruidos del exterior … y que los ruidos que se producen dentro de casa (conversaciones, un objeto que cae, …) se oyen mucho más.
También destacan que la casa está perfectamente ventilada y no necesitan abrir las ventanas para expulsar los malos olores ni cuando el ambiente está muy cargado. Esto se consigue con el sistema de ventilación controlada, algo presente en todos los edificios Passivhaus.
Comentan que, cuando reciben visitas, siempre escuchan elogios sobre la comodidad de la casa; después, al visitar una vivienda convencional, perciben claramente la diferencia y valoran aún más el confort que ofrece una Passivhaus.
También les llama la atención que no ven los aparatos de refrigeración. Esto es porque en algunas Passivhaus no son necesarios gracias al buen aislamiento térmico (dependiendo de la ubicación, pueden no ser necesario ningún aparato). Otra explicación posible es que en sus casas, la refrigeración vaya por aire, conjuntamente con el sistema de ventilación, o por suelo radiante, una instalación invisible y muy típica de estos edificios.
Confort térmico y acústico
Al igual que los niños, los adultos destacan el confort térmico y acústico como uno de los aspectos más sorprendentes. Cuando reciben visitas, siempre hay alguien que comenta lo “fresquita” que está la casa en verano o lo “calentita” que se siente en invierno. En contraste, cuando entran en una vivienda convencional, notan de inmediato una temperatura más parecida a la de la calle, corrientes de aire, olores y ruidos externos que, en su Passivhaus, no perciben.
Durante la visita a un edificio de viviendas Passivhaus en el centro de Madrid, hablé con uno de los propietarios, quien me comentó que lo primero que notaron al mudarse fue el silencio. Provenían de una calle muy ruidosa en pleno centro, pero al entrar en su nueva casa, el bullicio desapareció por completo.
Otra propietaria que vivía en el campo comentaba que no se entera nunca de las tormentas nocturnas ni oye a los 16 perros del vecino (sí, 16, los contó).
También tuve un interesante debate con un propietario y diseñador de Passivhaus sobre qué sistema es más conveniente en estos edificios: climatización por aire o suelo radiante. Él, sin dudarlo, optaba por el aire, ya que era el sistema al que estaba acostumbrado y que prefería. Personalmente, siempre he vivido en edificios con radiadores y encuentro más confortable un sistema que irradie calor, como el suelo radiante, que genera una sensación muy agradable. Al final, es algo subjetivo; mientras algunos prefieren un ambiente con temperatura controlada por el aire, otros, como yo (y mi gato), nos inclinamos por el confort de una superficie que irradie calor o frescura.
Aislamiento y hermeticidad
Uno de los pilares del estándar Passivhaus es el aislamiento térmico y la hermeticidad (ausencia de infiltraciones de aire no deseadas), que son fundamentales para reducir el consumo energético y mantener una temperatura estable en cualquier época del año.
Junto a la propietaria de una de las viviendas, asistió la propia proyectista quien explicó que, aunque la casa no presentó problemas, fue crucial calcular cuidadosamente los aislamientos y la hermeticidad para evitar condensaciones intersticiales. Al tratarse de una vivienda en un pequeño pueblo, decidieron realizar la obra con un sistema constructivo tradicional (forjados de hormigón y muros de ladrillo) para dar oportunidad a empresas locales. Esto hizo necesario prestar especial atención a los puentes térmicos en los frentes de los forjados.
Ventilación controlada
Uno de los mayores beneficios de una Passivhaus es la ventilación mecánica con recuperación de calor, que mantiene el aire fresco y saludable. Este sistema es especialmente útil para personas con alergias o problemas respiratorios, como una de las propietarias presentes en la conferencia, quien es alérgica, quien confirmó que, en sus palabras, «se respira mejor» en una Passivhaus. Además, asegura que estos edificios son ideales para quienes padecen asma crónica.
La excelente ventilación de los edificios Passivhaus ayuda también a eliminar gases dañinos como el radón, un elemento nocivo para la salud. ¿Qué es el radón? Es un gas natural que se encuentra en la atmósfera, pero en ciertas zonas puede concentrarse a niveles altos, haciendo que una ventilación frecuente sea crucial para la salud.
Este gas es la segunda causa de cáncer de pulmón, aunque sus efectos nocivos no se descubrieron hasta el siglo XX. Con la ventilación controlada de una Passivhaus, los niveles de radón se reducen al mínimo, ayudando a crear un ambiente mucho más saludable.
Una propietaria con la que conversé me contó cómo puso a prueba varias veces la ventilación de su Passivhaus. Cerró todas las ventanas y puertas exteriores, abrió todas las puertas interiores y cocinó durante varios días alimentos que solían dejar olores fuertes en su antigua vivienda. Se sorprendió al ver que, en su nueva Passivhaus, los olores desaparecían mucho más rápido que antes. Esto es gracias a la ventilación mecánica continua, que eliminan tanto el aire viciado como los contaminantes. Además, en estas viviendas, el aire se extrae de manera muy eficiente en cocinas y baños, evitando la acumulación de olores.
También en lo que respecta a la ventilación de alérgenos y agentes patógenos en el aire, un edificio de oficinas Passivhaus demostró su eficacia durante la pandemia de COVID. En una ocasión, un empleado infectado acudió al trabajo, pero gracias a la continua renovación de aire característica del estándar Passivhaus, no se produjo ningún contagio entre sus compañeros.
Control de sistemas Passivhaus
Conociendo la complejidad de un proyecto de esta envergadura, le pregunté a un propietario si el control del sistema de climatización y ventilación era complicado. Él respondió que no, comentando que solo necesitaba “cuatro botones” y que los instaladores les enseñaron a manejarlos en apenas una tarde. La realidad es que existen muchas soluciones para automatizar todos estos sistemas, lo que facilita su uso incluso a aquellos que no son muy diestros con la tecnología; hay opciones para controlar todo a través de una app en el móvil y otras más analógicas que solo requieren utilizar esos “cuatro botones”.
Aciertos y errores Passivhaus
Ser pionero a veces implica cometer errores y aprender de ellos. Un proyectista, que vive en su propia Passivhaus en la montaña, compartió algunos aspectos que modificaría, tras vivir más de 5 años en ella:
-No tuvo en cuenta la radiación solar en verano en la fachada sur, donde instaló grandes ventanales para aprovechar el calor en invierno, pero sin incorporar protecciones solares para los meses de verano.
-No instaló ningún sistema de refrigeración, lo cual es recomendable incluso en zonas frías para evitar sobrecalentamientos puntuales. Además, el cambio climático ha elevado las temperaturas, superando las previsiones del programa de cálculo.
-No contempló la posibilidad de ampliar instalaciones, y habría sido útil prever tubos de reserva en caso de futuras ampliaciones. Esto es especialmente importante para la instalación fotovoltaica, ya que, al ampliar el sistema, se requerirá un inversor de mayor tamaño, algo que necesita espacio adicional.
-Hubo una diferencia con las previsiones del programa de cálculo, aunque esta les benefició: debido a temas laborales y a la pandemia, han pasado más tiempo en casa de lo previsto, generando más ganancias de calor por la presencia de personas (recordemos que las personas irradian calor) y el uso de varios ordenadores, por lo que no ha sido necesario encender tan a menudo la calefacción.
-No contempló la instalación de un punto de recarga para el coche eléctrico, lo cual alteró significativamente la previsión de la instalación fotovoltaica. Actualmente, el mayor consumo de energía en la vivienda es la recarga del coche eléctrico, seguida por la generación de ACS (un 30 % inferior al coche eléctrico) y, en tercer lugar, el uso de aparatos de oficina. Los consumos de frigorífico, vitrocerámica y calefacción quedan muy atrás. Llama la atención que la calefacción en un clima de alta montaña aparezca en sexta posición, en viviendas convencionales suele estar de los primeros, junto a la producción de ACS).
-Para la generación de calor, se instaló un equipo de aerotermia, pero en un clima tan frío, su rendimiento fue menor del esperado.
-No trabajó la inercia térmica. Aunque existía confort térmico, el sistema de refrigeración tuvo que trabajar algo más de lo normal en estos edificios.
A pesar de estos errores, en los seis años que llevan viviendo en esta casa han ahorrado 20.000 € en energía y gasolina en comparación con su vivienda anterior. Este ahorro representa el ¡10 % del gasto total de la vivienda!, demostrando que han amortizado con creces el sobrecoste inicial de construir su Passivhaus.
En otro proyecto, se optó por tejas solares en lugar de tejas cerámicas, ya que estas incorporan células fotovoltaicas. De esta manera, se logra una producción fotovoltaica sin el impacto visual que generan las instalaciones convencionales de placas solares. Aunque esta decisión no se considera un error, es importante tener en cuenta que las tejas solares generan menos energía que una instalación estándar de placas solares. Además, es fundamental considerar los posibles trabajos futuros relacionados con la sustitución de tejas solares o las ampliaciones de la instalación, que resultarán más complicadas en comparación con una instalación que utilice placas solares.
En otra vivienda, que pertenecía a un proyectista, se decidió instalar una sauna. Aunque no se presentaron problemas de humedades, sí representa un desafío a resolver, dado que la sauna genera una gran cantidad de calor y vapor.
Inversión en confort y salud
Una de las preguntas que el moderador hizo a los propietarios fue si recordaban el sobrecoste que pagaron por tener una Passivhaus; ninguno de ellos lo recordaba y, desde luego, con las maravillas que compartieron como experiencias personales, vieron su inversión rápidamente amortizada y ganaron en salud gracias a las múltiples ventajas de una Passivhaus.
En la siguiente diapositiva de la conferencia, se presenta una comparación de los costes de diferentes partidas de obra entre una vivienda convencional (representada en verde) y una vivienda certificada Passivhaus (en azul), destacando las principales diferencias.
Conclusiones
Las experiencias y opiniones de los propietarios de Passivhaus reflejan el valor añadido que estas viviendas aportan en confort, ahorro energético y sostenibilidad. Las viviendas Passivhaus destacan por su notable confort térmico y acústico, lo que mejora significativamente la calidad de vida de sus habitantes. Su diseño eficiente permite un ahorro energético considerable, compensando rápidamente cualquier sobrecoste inicial en la construcción. Además, la ventilación controlada y continua contribuye a una mejor calidad del aire, lo que es especialmente beneficioso para personas con alergias o problemas respiratorios.
Es crucial una planificación cuidadosa para evitar errores comunes que puedan afectar el rendimiento del edificio. La flexibilidad en el diseño también es importante para adaptarse a futuras necesidades, como la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos. A pesar de los desafíos durante la construcción, los propietarios suelen quedar muy satisfechos con los resultados, disfrutando de un entorno saludable y eficiente.
Finalmente, es esencial fomentar la conciencia sobre los beneficios de la arquitectura Passivhaus, ya que las experiencias positivas de los propietarios ayudan a impulsar el interés y la adopción de prácticas sostenibles en la construcción.
Si quieres más información sobre Passivhaus, o, incluso, si estás interesado/a en realizar una visita a una vivienda o edificio Passivhaus (ya que de vez en cuando se organizan días de puertas abiertas), ponte en contacto con nosotros.